Hace un par de días tuve la suerte de encontrarme con el
libro e iniciativa: La Kolbe, historia y memoria de la población san
Maximiliano Kolbe (cuyo nombre se debe al sacerdote franciscano M.Kolbe, muerto en el campo
de concentración nazi de Auschwit (1944) y de ejemplar comportamiento
humanitario con los judíos presos en dicho campo), impulsada por la corporación de Desarrollo sin fines de
lucro: "Vertientes". Dicho libro cuenta la historia del ambicioso,
noble y hermoso proyecto habitacional de Autoconstrucción Comunitaria
Organizada Kolbe, desarrollado por dos singulares padres alemanes: Pedro
Kliegel y Vicente Gottschalk. La iniciativa, de una altísima deserción inicial
(los cuales se arrepienten hasta el día de hoy), debido a su extenso período de
duración (10 años) tuvo un resultado final extraordinario y lo más importante
de todo dignificante.
El proyecto, en palabras simples consiste en la
construcción de una población que actualmente acoge a más de 400 familias. La
diferencia de esta población recae en que la construcción completa fue
realizada por los mismos beneficiados, quienes aparte de aportar el 10% de sus
ingresos mensuales, trabajaron incansablemente durante 10 años (en horarios
extras a sus trabajos formales y los días sábados) bajo los valores de
responsabilidad y colaboración comunitaria, entre otros. Con altos estándares
de calidad en la construcción (alcantarillado, arquitectura, espacios
recreativos, etc), obteniendo finalmente un resultado único, inclusivo y digno
de replicar.
"No fue un
proyecto más de construcción de viviendas, como muchos otros intentos fallidos
o exitosos han ocurrido, al parecer fue mucho más que eso. Quizás lo material,
en este caso las casas, sólo fueron un sano y justificado pretexto para dar
sentido absoluto a un proceso que fue más allá de lo material, a un proceso
participativo que en todo momento trató de dar dignidad a quienes
posteriormente fueron parte de la población"
Dentro de las razones por la cual es importante el
estudio e investigación de la población San Maximiliano Kolbe, se destaca el
fenómeno de sociabilidad en torno a la posibilidad de cumplir con el sueño de
la casa propia mediante un sistema de autoconstrucción y autogestión. Además, cabe
señalar que la construcción de la población dentro del proyecto de los
sacerdotes era tan sólo un medio para llegar a lo más importante que es el
aprendizaje en función de la superación tanto personal como comunitaria al
momento de reunir fuerzas. Fruto de esto es que la Población hoy en día se
caracteriza por su gran calidad tanto de la construcción como humana; esto
es la prueba más fehaciente de un trabajo en comunidad y fraternidad el cual
perdura hasta el día de hoy.
Los pobladores que en su mayoría eran personas de
esfuerzo, lograron no solo tener una vivienda digna sino que formar una gran
familia cuya identidad incluso trasciende las fronteras de la ciudad de Osorno,
una identidad Kolbina. Al observar esta población, nos damos cuenta de que se
respira una gran armonía entre sus pobladores. En cada casa y en cada acera
podemos ver el esfuerzo y el trabajo de muchos hombres y mujeres, que
compartiendo alegrías y tristezas lograron dirigir sus esfuerzos para cumplir y
proyectar un sueño en común.
Destaco finalmente la importancia de replicar y potenciar
proyectos como éstos, los cuales lamentablemente suelen pasar desapercibidos y no
sólo otorgan soluciones reales, sino que también entregan herramientas y
valores, basados en la participación ciudadana, la inclusión social, el trabajo
colaborativo, la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad, etc. De esta
forma los pobladores pasan a ser parte fundamental de la solución, adoptándola,
entendiéndola y lo más importante de todo valorándola.