En los últimos años la carrera de Ingeniería en Diseño de Productos (IDP) de la Universidad Técnica Federico Santa María ha sido la primera y única en Chile, en desarrollar un plan de estudios de pregrado en Ingeniería donde convergen tres macro-áreas de relevante valor para los procesos de innovación que demanda nuestro país, como son el diseño, mercado y tecnología.
Contribuir mediante el desarrollo de su trabajo académico, a la formación y estimulación de la capacidad profesional de nuestros alumnos, para que ideen soluciones en ámbito del desarrollo de productos y servicios, observando criterios tecnológicos, socio-culturales y económicos, que permitan el desenvolvimiento pleno del hombre, y fomenten el desarrollo empresarial de la región y el país.
Ser una unidad líder en la formación de profesionales de la Ingeniería en Diseño de Productos, con capacidad anticipatoria respecto de los desafíos que los nuevos escenarios plantean a la universidad, la región y el país, mediante la formación de un recurso humano flexible, abierto a la innovación y con capacidad propositiva. Una unidad con fuerte interacción con el medio empresarial, que se oriente al desarrollo del país, contribuyendo para ello una nueva visión en la propuesta de productos y servicios.
El Ingeniero en Diseño de Productos de la USM es un profesional: creativo, flexible, abierto a la innovación y con alta capacidad propositiva, del área de la ingeniería, cuyo propósito es atender las necesidades de Diseño, Planificación y Conducción de proyectos de desarrollo de productos y servicios que permitan el desenvolvimiento pleno del hombre y estimulen el desarrollo empresarial de la región y el país.
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TITULADO AL FIN (ENTREVISTA)... Ingeniero en Diseño de Prodcutos (USM)
Con
un proyecto de título que se enmarcó en la modalidad de proyecto de
emprendimiento empresarial, es decir, trabajo en conjunto con una
empresa, Pablo Genovese, tuvo “la fortuna de dar con una innovadora
organización llamada “Advanced Innovation Center (AIC)”, centro en el
cual actualmente trabaja y en donde se desarrolla tecnología para los
más necesitados”.
El proyecto consistió en el desarrollo de una aplicación de purificación de agua para uso domiciliario denominada “Plasma Water Sink”, específicamente para ser instalada debajo del lavaplatos, en base a la incorporación de la tecnología “Plasma Water Sanitation System (PWSS)”, tecnología desarrollada por el centro y capaz de eliminar la carga bacteriológica del agua, transformando ésta momentáneamente en plasma (el cuarto estado de la materia).
“Advanced Innovation Center” logró validar su tecnología PWSS luego de implementarla exitosamente en el Campamento San José de Santiago de Chile, demostrando que es posible conectar ciencia, tecnología y pobreza. En base a dicha implementación y al constante proceso de iteración al interior del centro, se logró no sólo validar la tecnología sino que perfeccionarla y también escalarla, reduciendo así el tamaño de ésta considerablemente.
El proyecto consistió en el desarrollo de una aplicación de purificación de agua para uso domiciliario denominada “Plasma Water Sink”, específicamente para ser instalada debajo del lavaplatos, en base a la incorporación de la tecnología “Plasma Water Sanitation System (PWSS)”, tecnología desarrollada por el centro y capaz de eliminar la carga bacteriológica del agua, transformando ésta momentáneamente en plasma (el cuarto estado de la materia).
“Advanced Innovation Center” logró validar su tecnología PWSS luego de implementarla exitosamente en el Campamento San José de Santiago de Chile, demostrando que es posible conectar ciencia, tecnología y pobreza. En base a dicha implementación y al constante proceso de iteración al interior del centro, se logró no sólo validar la tecnología sino que perfeccionarla y también escalarla, reduciendo así el tamaño de ésta considerablemente.
“Dicho
escalamiento permitió aumentar el potencial de la tecnología y luego de
un plan de acción estratégico de dicha tecnología se logró dar con 8
macro áreas de desarrollo, existiendo en cada una de éstas un sin fin de
potenciales aplicaciones de alto impacto. En base a dicho análisis
surgió la oportunidad de desarrollar un purificador de agua
domiciliario, inserta en la macro área “Uso Doméstico””, explica Genovese.
“El proceso fue sumamente complejo debido a que por un lado la tecnología, al estar en constante desarrollo y optimización implicaba
ir modificando el modelo, las piezas, los parámetros generales, etc. día
a día. Y por otra parte estaba el desafío de desenvolverme al interior
de la empresa como Ingeniero en Diseño de Productos e intentar
establecer un diálogo con los distintos departamentos y entre estos
mismos”, profundiza el nuevo titulado.
En
la opinión de Pablo, afortunadamente tanto el proceso y los resultados
fueron favorables debido a que se logró generar una buena dinámica de
trabajo interdisciplinario. “El resultado fue tal cual y como lo
esperaba, y creo que la aplicación desarrollada posee un enorme
potencial para ser implementada en un futuro no muy lejano”, agrega.
Para Pablo, la visión de la carrera y su capacidad de aunar diseño, tecnología y negocios “me
entregó las herramientas suficientes para desenvolverme correctamente
al interior de la empresa, destacando la importancia y la efectividad de
esta visión holística entregada en estos 5 años de formación
académica”. Sus
proyecciones por ahora son seguir trabajando en el centro y continuar
trabajando en el desarrollo de tecnología y aplicaciones de alto
impacto. “Creo que el aporte como Ingeniero en Diseño de Productos ha
sido percibido por la empresa, vislumbrándose un buen futuro tanto en lo
profesional como para la carrera misma. Por otra parte no descarto un
futuro emprendimiento”, finaliza el nuevo titulado.
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LO QUE PARECÍA UNA BROMA... Historia de Como Descubrí Mi Carrera Soñada: " Ingeniería en Diseño de Productos (IDP) "
El tiempo pasó volando y de repente, sin darme ni cuenta estaba ya en cuarto medio (2006, último año de colegio). La PSU me trastornaba, los profesores nos hablaban y nos hablaban de nuestro futuro, que la PSU acá, que la PSU allá y bla bla bla…
Cuarto medio es el año en el cual uno, realmente, tiene que pensar en su futuro, elegir una carrera, jugárselas por algo o simplemente madurar un poco para poder afrontar lo que se viene. La presión es muy grande. No olvidemos que en este curso uno cumple los anhelados 18 años y por lo tanto, se pasa a ser mayor de edad. Mi sueño de niño era cumplir esta edad e inmediatamente obtener licencia de conducir, luego ir a todos esos bares, discotheques y lugares a los que no podía entrar antes de los 18 (por ejemplo, me tentaba mucho la idea de ir al Casino a jugarme unos pesos), etc.
Así me encontraba yo por ese año, cuando de derepente dentro de toda esta nebulosa en la que me encontraba envuelto, me pregunté: “¿Y qué voy a hacer cuando salga del colegio? ¿Qué voy a estudiar? ¿A dónde voy a ir? ¿Año sabático…? ¡¡¡NOOOOO!!! ¿Què me gusta hacer?... Me gusta un poco matemáticas y física, me gustan también los ramos de arte y manualidades, sin dejar de lado el deporte y educación física. Por otro lado, historia, biología, química, filosofía y religión no me atraen tanto…” Pero al mirar mis notas seguía confundido ya que en todos los ramos tenía excelente promedio y para colmo de males en orientación, un test vocacional había arrojado que yo tenía un 50% de buenas posibilidades en el campo científico y un 50% en el ámbito humanista y artístico. Realmente estaba desorientado y no sabía qué decisión tomar.
Es así como un día cualquiera llega un amigo y me dice: - “Pablo, tengo la carrera ideal para tí”. Yo le pregunto riéndome de qué carrera me habla, creyendo que se trataba de una broma y él me contesta: “ Se llama ingeniería en diseño de productos (IDP) ”. Encontré que el nombre era un tanto rebuscado, pero por otro lado esas palabras despertaron una gran curiosidad en mi…..ingeniería….diseño….intrincado pero interesante, una mezcla curiosa pero que tenía que ver con toda la confusión que estaba en mi cabeza. Me puse a investigar sobre esa carrera y descubrí que era justo lo que siempre quise, es decir, una posibilidad que lograba combinar el lado matemático y cuadrado con la parte artística y creativa.
Esto de poder usar ambos lados de mi cerebro y combinar las dos disciplinas me cautivó completamente, así es que sin pensarlo dos veces, entré a un programa de inserción temprana llamado PIT en el cual pude vivenciar la carrera en forma concreta estando aún en mi último año de colegio. Y a pesar de que fue también un año de carreras contra el tiempo entre mis clases, el preuniversitario, el tenis, el curso de manejo, mi polola y mi familia, finalmente la decisión de agregar este otro compromiso dentro de mi apretada agenda, fue lo que despejó definitivamente todas mis dudas y me encontré con una carrera que calzaba a la perfección con mis intereses y posibilidades.
Cuarto medio es el año en el cual uno, realmente, tiene que pensar en su futuro, elegir una carrera, jugárselas por algo o simplemente madurar un poco para poder afrontar lo que se viene. La presión es muy grande. No olvidemos que en este curso uno cumple los anhelados 18 años y por lo tanto, se pasa a ser mayor de edad. Mi sueño de niño era cumplir esta edad e inmediatamente obtener licencia de conducir, luego ir a todos esos bares, discotheques y lugares a los que no podía entrar antes de los 18 (por ejemplo, me tentaba mucho la idea de ir al Casino a jugarme unos pesos), etc.
Así me encontraba yo por ese año, cuando de derepente dentro de toda esta nebulosa en la que me encontraba envuelto, me pregunté: “¿Y qué voy a hacer cuando salga del colegio? ¿Qué voy a estudiar? ¿A dónde voy a ir? ¿Año sabático…? ¡¡¡NOOOOO!!! ¿Què me gusta hacer?... Me gusta un poco matemáticas y física, me gustan también los ramos de arte y manualidades, sin dejar de lado el deporte y educación física. Por otro lado, historia, biología, química, filosofía y religión no me atraen tanto…” Pero al mirar mis notas seguía confundido ya que en todos los ramos tenía excelente promedio y para colmo de males en orientación, un test vocacional había arrojado que yo tenía un 50% de buenas posibilidades en el campo científico y un 50% en el ámbito humanista y artístico. Realmente estaba desorientado y no sabía qué decisión tomar.
Es así como un día cualquiera llega un amigo y me dice: - “Pablo, tengo la carrera ideal para tí”. Yo le pregunto riéndome de qué carrera me habla, creyendo que se trataba de una broma y él me contesta: “ Se llama ingeniería en diseño de productos (IDP) ”. Encontré que el nombre era un tanto rebuscado, pero por otro lado esas palabras despertaron una gran curiosidad en mi…..ingeniería….diseño….intrincado pero interesante, una mezcla curiosa pero que tenía que ver con toda la confusión que estaba en mi cabeza. Me puse a investigar sobre esa carrera y descubrí que era justo lo que siempre quise, es decir, una posibilidad que lograba combinar el lado matemático y cuadrado con la parte artística y creativa.
Esto de poder usar ambos lados de mi cerebro y combinar las dos disciplinas me cautivó completamente, así es que sin pensarlo dos veces, entré a un programa de inserción temprana llamado PIT en el cual pude vivenciar la carrera en forma concreta estando aún en mi último año de colegio. Y a pesar de que fue también un año de carreras contra el tiempo entre mis clases, el preuniversitario, el tenis, el curso de manejo, mi polola y mi familia, finalmente la decisión de agregar este otro compromiso dentro de mi apretada agenda, fue lo que despejó definitivamente todas mis dudas y me encontré con una carrera que calzaba a la perfección con mis intereses y posibilidades.
Así es que rendí la famosa PSU obteniendo un buen puntaje con el estímulo, además de que ya tenía resuelta la carrera que quería seguir. Y es así como se convirtió en realidad mi ingreso a Ingeniería en Diseño de Productos la cual ha cumplido con todas mis expectativas.